miércoles, 30 de mayo de 2018

"The Collector" (1965). William Wyler. Análisis filosófico. Figuras de la conciencia desdichada - Francisco Huertas Hernández


"The Collector" (1965). William Wyler
Análisis filosófico. Figuras de la conciencia desdichada
Francisco Huertas Hernández



"The Collector" (1965). William Wyler
Freddie Clegg (Terence Stamp) & Miranda Grey (Samantha Eggar)

 "The Collector" (El coleccionista) es un thriller psicológico protagonizado solo por dos actores: Terence Stamp y Samantha Eggar. La dirigió en 1965, en pleno Swinging London, William Wyler, que venía de hacer "The Children's Hour" (La calumnia).

"The Collector" (1965). William Wyler
Freddie Clegg (Terence Stamp) colecciona mariposas

 Freddie Clegg (Terence Stamp) es un joven solitario -procede de Reading- que trabaja como oficinista sufriendo las burlas de sus compañeros por su afición a las mariposas (lepidopterofilia). Un día su tía Annie (Mona Washbourne) le informa que se ha convertido en millonario gracias a las quinielas (flashback en blanco y negro). Es entonces cuando el espectador conoce al elegante Freddie cazando mariposas en la campiña inglesa y descubriendo la casa Tudor en la que se desarrollará la trama. Freddie también colecciona chicas. Secuestra a Miranda Grey (Samantha Eggar), estudiante de arte en Londres. La encierra cual mariposa disecada en el sótano de su mansión, con el fin de que le conozca y le ame. La subsiguiente lucha entre la prisionera y el carcelero es el núcleo psicológico de la película, un ἀγών (agón), como en el teatro griego.

"The Collector" (1965). William Wyler
Miranda Grey (Samantha Eggar) acariciada por Freddie Clegg (Terence Stamp)

 Muchos son los temas de la novela de John Fowler que Wyler supo reflejar en el largometraje: "la diferencia de clases, la posibilidad de dotar a la plebe con el poder simbólico del dinero, la neurosis de la impotencia, la dura droga del enamoramiento, la supremacía social e histórica del hombre sobre la mujer, el coleccionismo como fetichismo, el amor no correspondido, la muerte y la ausencia definitiva a la que nos conduce, la burla del diferente en una sociedad regida por esterotipos, la sexualidad como acto de intercambio y beneficio más que como acto natural, la posibilidad de llevar a cabo las fantasías más nocturnas y prohibidas del ser humano, el ansia de libertad, la cultura contra la ignorancia" (http://diariocinefiloclasico.blogspot.com/2013/07/el-coleccionista-collector-1965.html)

"The Collector" (1965). William Wyler
Miranda Grey (Samantha Eggar) es seguida por Freddie Clegg (Terence Stamp)

 Empezaré analizando la relación de deseo y sometimiento siguiendo al filósofo Georg Wilhelm Friedrich Hegel, que describe en "Phänomenologie des Geistes" (Fenomenología del Espíritu) (1807) la dialéctica entre amo y esclavo, cuya plasmación en esta cinta es admirable. Otra cinta británica de la época, "The Servant" (El sirviente) (1963) dirigida por Joseph Losey refleja esta dialéctica.
 Toda relación humana comienza con el enfrentamiento de deseos. Lo que el ser humano desea es ser deseado por otro ser humano (Freddie pretende que Miranda le conozca y le ame). Así el deseo humano se convierte en deseo de re-conocimiento. De esta manera se busca imponerse sobre el otro. Solo cuando el otro (Miranda) reconoce a Freddie como alguien (autónomo) comienza la auto-conciencia. Freddie necesita saberse él a través del reconocimiento y el amor impuesto a su secuestrada. Estas dos autoconciencias se entregarán a una lucha (ἀγών) a muerte. Freddie adopta la figura de amo y Miranda la de esclava. Pero para imponerse el amo necesita anular (negar) el deseo del esclavo. El esclavo empieza por ser aquel que no puede desear. Miranda es encerrada y apartada de su mundo de lápices y dibujos. Debe salvar su vida renunciando a su deseo de libertad, de amor. Así surge la forma de conciencia del esclavo: se reconoce al "otro" como amo, y a uno mismo como "esclavo". Es la mirada (o deseo) del amo el que da la identidad al esclavo. Pero el amo tampoco es libre porque necesita al esclavo para su propia supervivencia.

"The Collector" (1965). William Wyler
Miranda Grey (Samantha Eggar) sujetada por Freddie Clegg (Terence Stamp)

 El deseo y la dominación quedan así configurados como un mismo proceso de autoreconocimiento e identidad. Miranda "debe desear" al amo desconocido para llegar a ser Miranda, y "superar" su estado de cosa en la que Freddie la convierte al encerrarla en la jaula de oro. Miranda deseará a Freddie desde el temor a la muerte, es decir, el temor a la negación. Pero Freddie no podrá aceptar un deseo (erótico) que no es más que un mecanismo de supervivencia. Por eso Miranda jamás podrá salir, como las esposas de Barba Azul en el cuento de Perrault ("La Barbe Bleu", 1697)

Georg Wilhelm Friedrich Hegel: "Phänomenologie des Geistes" 
Bamberg/Würzburg. 1807
Titelblatt 

"In diesen beiden Momenten wird für den Herrn sein Anerkanntsein durch ein anderes Bewußtsein; denn dieses setzt sich in ihnen als Unwesentliches, einmal in der Bearbeitung des Dings, das anderemal in der Abhängigkeit von einem bestimmten Dasein; in beiden kann es nicht über das Sein Meister werden und zur absoluten Negation gelangen. Es ist also hierin dies Moment des Anerkennens vorhanden, daß das andere Bewußtsein sich als Für-sich-sein aufhebt, und hiemit selbst das tut, was das erste gegen es tut. Ebenso das andere Moment, daß dies Tun des zweiten das eigne Tun des ersten ist; denn, was der Knecht tut, ist eigentlich Tun des Herrn; diesem ist nur das Für-sich-sein, das Wesen; er ist die reine negative Macht, der das Ding nichts ist, und also das reine wesentliche Tun in diesem Verhältnisse; der Knecht aber ein nicht reines, sondern unwesentliches Tun. Aber zum eigentlichen Anerkennen fehlt das Moment, daß, was der Herr gegen den Andern tut, er auch gegen sich selbst, und was der Knecht gegen sich, er auch gegen den Andern tue. Es ist dadurch ein einseitiges und ungleiches Anerkennen entstanden"
Georg Wilhelm Friedrich Hegel: "Phänomenologie des Geistes". IV
Die Wahrheit der Gewißheit seiner selbst. A. Selbstständigkeit und Unselbstständigkeit des Selbstbewußtseins; Herrschaft und Knechtschaft

"En estos dos momentos deviene para el señor su ser reconocido por medio de otra conciencia; pues ésta se pone en ellos como algo no esencial, de una parte en la transformación de la cosa y, de otra parte, en la dependencia con respecto a una determinada existencia; en ninguno de los dos momentos puede dicha otra conciencia señorear el ser y llegar a la negación absoluta. Se da, pues, aquí, el momento del reconocimiento en que la otra conciencia se supera como ser para sí, haciendo ella misma de este modo lo que la primera hace en contra de ella. Y otro tanto ocurre con el otro momento, en el que esta acción de la segunda es la propia acción de la primera; pues lo que hace el siervo es, propiamente, un acto del señor; solamente para éste es el ser para sí, la esencia; es la pura potencia negativa para la que la cosa no es nada y, por tanto, la acción esencial pura en este comportamiento, y el siervo, por su parte, una acción no pura, sino inesencial. Pero, para el reconocimiento en sentido estricto falta otro momento: el de que lo que el señor hace contra el otro lo haga también contra sí mismo y lo que el siervo hace contra sí lo haga también contra el otro. Se ha producido solamente, por tanto, un reconocimiento unilateral y desigual"
Georg Wilhelm Friedrich Hegel: "Fenomenología del Espíritu". IV. La verdad de la certeza de uno mismo. A. Independencia e independencia de la autoconciencia. Señor (Amo) y Siervo (Esclavo)

 Freddie es también un caso clínico. El psicoanalista Alfred Adler lo encuadraría dentro del complejo de inferioridad con mecanismo de compensación sustitutorio. La percepción de desarraigo de Freddie producida por haber padecido una infancia dura, de burlas, sufrimiento, rechazo, está en la base de su inferioridad psíquica, pues físicamente no se observa malformación o minusvalía alguna (bien es cierto que podría ser impotente). Su debilidad afectiva -autoexclusión sexual- se compensa en la fantasía delirante que le hace creer que puede someter el amor de una desconocida mediante el "dulce" encierro: la "jaula de oro", esa gruta sin libertad donde no faltan los regalos. Una fantasía de omnipotencia infantil.

"The Collector" (1965). William Wyler
Periódico en el que Freddie lee la noticia de la desaparición de la estudiante de arte Miranda Grey, de 20 años

 Pero quizás podría también verse como un trastorno esquizotípico de la personalidad cuyos rasgos son los siguientes: a) creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales; b) pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobreelaborado o estereotipado; c) suspicacia o ideación paranoide; d) afectividad inapropiada o restringida; e) comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares; f) falta de amigos íntimos o desconfianza, aparte de los familiares de primer grado; g) ansiedad social excesiva que no disminuye con la familiarización y que tiende a asociarse con los temores paranoides más que con juicios negativos sobre uno mismo

"The Collector" (1965). William Wyler
Freddie Clegg (Terence Stamp) ¿Qué hay detrás de esa mirada?

 El trastorno narcisista de personalidad también puede afectar al joven solitario del filme. Estos son algunos de los rasgos que presenta: a) está preocupado por fantasías de éxito ilimitado, poder, brillantez, belleza o amor imaginarios; b) cree que es "especial" y único y que sólo puede ser comprendido por, o sólo puede relacionarse con otras personas que son especiales o de alto status; c) exige una admiración excesiva; d) es muy pretencioso, por ejemplo, expectativas irrazonables de recibir un trato de favor especial o de que se cumplan automáticamente sus expectativas; e) carece de empatia: es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás; f) frecuentemente envidia a los demás o cree que los demás le envidian a él.

"The Collector" (1965). William Wyler
Freddie Clegg (Terence Stamp) brinda con Miranda Grey (Samantha Eggar) que estrena un vestido 

 Y ese ἀγών tiene una vertiente de lucha de clases: entre la refinada señorita Miranda Grey, proveniente de una burguesía que lee, y se dedica a las Bellas Artes, y un tímido y rudo oficinista que no puede entender los libros que lee la estudiante de arte. La lucha de clases en Inglaterra fue asimismo el escenario de otro ἀγών entre un peluquero y un rico escritor de novelas de misterio en "Sleuth" (La huella), última película de Joseph L. Mankiewicz. Otro director norteamericano rodando en Reino Unido un duelo interpretativo entre Michael Caine y Sir Laurence Olivier.

"The Collector" (1965). William Wyler
Miranda Grey (Samantha Eggar) mira la colección de mariposas de Freddie. Ella es una más

 Las mariposas muertas pueden evocar la crítica de la cultura occidental realizada por Friedrich Nietzsche en la que la racionalidad y la ciencia pretendieron -y lograron- destruir la vida en su dimensión instintiva, en su "inocencia del devenir" y su multiplicidad. Freddie es un entomólogo que para comprender la vida tiene que matarla. Eso es la ciencia. La belleza y la juventud de Miranda son apresadas por una red que es la misma ciencia "cosificadora". Freddie es el oscuro enemigo de la vida que no puede amar y exige que le amen. La ciencia también exige que el devenir, la fuerza y el caos de la vida se plieguen ante sus fórmulas disecadas.

"The Collector" (1965). William Wyler
Miranda Grey (Samantha Eggar) mira la colección de mariposas de Freddie. La ciencia cosifica y mata la vida

 "The Collector" es una obra maestra del cine con un duelo interpretativo en el que Stamp domina los resortes de la expresión y el movimiento. Eggar no convencía demasiado a Wyler, pero su actuación es magnífica. La novela original de John Fowles es muy sólida, y fue tal su éxito en 1963 que le permitió abandonar la enseñanza. El guión escrito por John Konn, Stanley Mann y Terry Southern introduce alguna diferencia, como la muy cinematográfica escena de la visita del vecino cuando Miranda atada en el baño alcanza con su pie el grifo y hace desbordarse la bañera. La banda sonora de Maurice Jarre es un contrapunto ideal, aunque en esto no hay consenso. La fotografía en color está desdoblada: Robert Surtees en el estudio, en Hollywood; Robert Krasker en exteriores en Londres. La estética pop del Swinging London que acaba de nacer está muy conseguida tanto en un caso como en el otro. Y, por encima de todo, la mano maestra del director nacido en Alsacia, cuyos planos generales, y la puesta en escena que recuerda "The Phantom of the Opera", junto con el moderado uso de los primeros planos, da equilibrio al desequilibrio de la trama. Una extraña paz inunda la lucha interminable de un alma desdichada que seguirá cazando a sus presas femeninas eternamente. No hay juicio ni castigo, solo naturalezas muertas.

"The Collector" (1965). William Wyler
Poster

The Collector
1965
Reino Unido - Estados Unidos
119 minutos
Dirección: William Wyler
Guión: Stanley Mann, John Kohn (Novela: John Fowles)
Música: Maurice Jarre
Fotografía: Robert Surtees, Robert Krasker
Intérpretes: Terence Stamp, Samantha Eggar, Mona Washbourne, Maurice Dallimore, Edina Ronay, Kenneth More
Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Columbia Pictures
Género: Drama | Drama psicológico. Secuestros / Desapariciones
Sinopsis:
 Freddie Clegg, un empleado del Banco de Londres, es un hombre introvertido y triste que se dedica a coleccionar mariposas. Su vida cambia bruscamente cuando le toca la lotería, pues entonces decide secuestrar a Miranda Grey, una joven estudiante de arte por la que se siente atraído desde hace tiempo. Compra una casa en las afueras de Londres y retiene a la chica en el sótano un mes. Durante ese tiempo afloran en los dos personajes sentimientos encontrados. (FILMAFFINITY
)

"The Collector" (1965). William Wyler
Poster


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Haces referencia a La huella pero para mí es otro tema: un juego de mentiras.

antonio pardines dijo...

Profundizas en la relación amo-esclava y en los personajes con bisturí de gran cirujano. Gracias por tu análisis (diría que social, psicológico y antropólogico) de esta gran película de Wyler, una de las mejores, y quizá de las más "desconocidas" de su brillante filmografía. Lo he disfrutado.

Saludos

Wildberry continua dijo...

Magistral. Adapté una secuencia de esta película como trabajo de prácticas en Realización de fin de carrera en CC. de la Información-Imagen y Sonido- que me valió una matrícula de honor... Siempre me fascinó esta obra, así como Terence Stamp desde entonces.

MARCELO dijo...

Una de mis películas mas queridas, irrepetible, con actuaciones que dan en el clavo, el psicópata que no puede renunciar a la enfermedad ni por amor.