jueves, 24 de julio de 2014

Tony Leblanc, patrimonio nacional. PACO HUESCA GARCÍA. Alicante


Tony Leblanc, patrimonio nacional


PACO HUESCA GARCÍA

Programador y empresario cinematográfico

Alicante (Espagne)





 Cuando uno venía al mundo, allá por el siglo pasado, a finales de los cuarenta, un jovencísimo Tony Leblanc debutaba en el cine con la legendaria peli "Los últimos de Filipinas",

junto a pesos pesados como Armando Calvo, Guillermo Marín, José Nieto y Carlos Muñoz.
 Aunque alguna crónica habla de "Eugenia de Montijo" (1944) con Amparo Rivelles.
Antes, el chaval que había nacido en el mismísimo museo de El Prado -tan castizo como él- porque su padre era conserje, ya había hecho de casi todo.
 Fue ascensorista a los doce años; boxeador, 
llegando a ganar el campeonato de Castilla de pesos ligeros amateurs; jugador de un club filial del Atleti de Aviación; tomó clases de canto y baile; 
fue siempre el madrileño castizo; 
"boy" en las revistas de Celia Gámez; bailarín con Lola Flores y Manolo Caracolactor teatral con Nati Mistral en "Te espero en Eslava"
y "Ven y ven al Eslava", en donde conocería a la que sería una de sus parejas cinematográficas: Conchita Velasco, porque todavía no era Concha.


 El personaje que nos hizo reír en los años 50 y 60, con más de 150 películas; el gran creador de tantas revistas; director de cine en tres films; el productor de cine que quebró; compositor de pasodobles; el del terrible accidente en 1983 viniendo de Alicante,
que lo retiró a los 63 años, en Benidorm, y que, luego, anduvo, levantándose de la silla y dejando las muletas gracias a Santiago Segura, ganando un Goya al mejor actor secundario y otro de Honor;
el humorista de la televisión en blanco y negro, y el entrañable quiosquero en una serie televisiva en color: "Cuéntame".


 El incombustible rey del humor, el gran pilar de la comedia española, el quitapenas, como él mismo solía decir, aquel Cristobalito Gazmoño; en suma: la historia del espectáculo en España.





 Ha muerto Tony Leblanc. Sí, ese Tony de muchas generaciones, entre las que me encuentro. Una auténtica institución española.
Estrella de Tony Leblanc. Junto a los Cines Golem y Renoir. Calle Martín de los Heros. Madrid
Foto de Francisco Huertas Hernández



 Un hombre orquesta. Ese "chuleta" madrileño, castizo, que nadie supo interpretar como él. El que formó pareja de cine con tantas actrices de la época sobre todo con Conchita Velasco en trece ocasiones,
y en otras ocasiones un trío, también cinematográfico por supuesto, con José Luis Ozores y Manuel Gómez Bur. Compuso música para sus revistas como aquellas "Todos contra todos", "Todos contra ella", "Lava la señora, lava el caballero" o "Yo me llevo el gato al agua".

 Los teatros Lara, Martín, La Latina o Calderón de Madrid fueron su segunda casa. El compositor del pasodoble "Cántame un pasodoble español" y otros 500 más.






 Santiago Segura lo hizo resucitar para el cine en "Torrente" y sus secuelas.



 Y él volvió a vivir, a sentir, a trabajar. A ser el cómico, el gran cómico de cantidad de registros, que siempre había sido. El trabajador infatigable que tuvo que abandonar su querida profesión porque estaba postrado por ese terrible accidente de tráfico.





 Hablar de Tony es hablar del cine español, de la revista tan española, del humor para muchas generaciones en este país que era en blanco y negro, demasiado gris, oscuro. Él nos daba la sonrisa, la risa blanca y limpia que tanto necesitábamos, en ocasiones, con tintes cómicos y tragicómicos. Y ese blanco y negro se volvía en technicolor en las oscuras salas de esos grandes cines con ese olor inconfundible y butacas de madera.




 Trabajó con todos los directores españoles de la época: Antonio Román, Florián Rey (enterrado en el cementerio de Alicante), Luis Lucia, Ladislao Vajda, Antonio de Lara "Tono", José López Rubio, Francisco Rovira Beleta, Ignacio F.Iquino, Ana Mariscal, Antonio del Amo, José Luis Saénz de Heredia, Rafael J. Salvia, Pedro Lazaga, Pedro L. Ramírez, León Klimowsky, Fernando Palacios, Antonio Momplet, Ricardo Blasco, José Antonio Nieves Conde, José María Forqué, Miguel Lluch, Tulio Demicheli, Mariano Ozores, Javier Aguirre, Fernando Merino, Rafael Gil, Alfonso Paso... y Santiago Segura.




 Y fue compañero de todo el cine español del momento, actrices incluídas: Laura Valenzuela (por entonces no casada con Dibildos),

Esperanza Roy, Lina Morgan, María Martín, María Mahor, Katia Loritz, Julita Martínez, Antonio Molina, Lolita Sevilla, Marujita Díaz (no era Maruja), Lilián de Celis, Mirta Miller (no era aún compañera sentimental de Alfonso de Borbón), Mary Francis (cuando no era Paca Gabaldón), María Luisa Merlo, Analía Gadé, Helga Liné (que sería la Toraya de Almodóvar), Manolo Morán, Pepe Isbert, Arturo Fernández (cuando todavía no llamaba feos a los que se manifestaban...porque no podían), Alfredo Landa, José Luis López Vázquez,
José Luis y Antonio Ozores, Rafael Alonso, Cassen, Antonio Garisa, Juanito Navarro, Fernando Fernán Gómez, Lucía Prado, Jorge Rigaud, Luz Marquez, Mabel Karr (todavía no casada con Fernando Rey), Antonio Casal, Adolfo Marsillach, Susana Campos, Mara Cruz, Manolo Zarzo, Vicente Parra, Luisita Esteso... y con nuestra alicantina Licia Calderón (sin ser señora de Jesús Puente) en "Las Muchachas de azul"
y "3 de la Cruz Roja".


 Estuvo enamorado de una chica de la Cruz Roja, aunque también fue de la Cruz Roja. Hizo Historias de la radio

y de la televisión.


Acompañó al pescador de coplas, y a Manolo guardia urbano
y al tigre de Chamberí.
 Tuvo un abrigo a cuadros con las muchachas de azul y perdió el tren. Estuvo en el parque de Madrid en días de feria durante la luna de verano. Perteneció a la fiel infantería con vida, sin risas y fue tramposo,
subdesarrolado y económicamente débil. Su amor estuvo bajo cero...
y después del cuplé. Hermano Pío y hippy una vez al año. Pedigüeño que tocó el piano,
ángel al volante,
policía al habla, astronauta,
cow-boy en Torrejón City.

 Se quiso matar


en una isla con tomate e hizo el timo de la estampita.

 Hoy como ayer, sabía demasiado y sirvió la dinamita. Fue un Rodríguez para una sueca
y acabó con Torrente... ¿quién se lo iba a decir ?


 Y es que Tony era como de la familia. Se puede decir mucho de él. Todo esto, y mucho más. Un gran cómico, un gran currante y un actor que nos hizo reír a muchas generaciones. Tony es ya un clásico. Descansa en paz querido Tony. Por esos tus nuevos cielos sigue cantando ese pasodoble español. Por aquí, como quisiste, ya reza tu epitafio querido y deseado: "Aquí yace un cómico. Fin de la primera parte".



Tony Leblanc, emocionado, al recibir el premio Goya. 1998


 Pues nada, a por la segunda. Aunque tranqui, eres patrimonio nacional con denominación de origen.




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