jueves, 10 de julio de 2014

La noche que fui alemán. PACO HUESCA GARCÍA. Alicante




La noche que fui alemán


PACO HUESCA GARCÍA

Programador y empresario cinematográfico

Alicante (Espagne)




Michael Caine, Pelé y Sylvester Stallone, protagonistas de "Escape to Victory" (1981) de John Huston



 Está siendo un Mundial raro, extraño. Eso no me lo podrán negar. Parecía que este Mundial estaba escrito para que lo ganara el anfitrión, Brasil. Iba viéndose la emergencia y presencia de los equipos latinoamericanos,  aunque igual tenemos final europea con el permiso de Argentina.Y ganó la otra semifinal...


 Y esa extrañeza de cantidad de partidos con prórroga por empate o a penaltis. No me gustó para nada en los partidos de nuestra Roja la forma como era tratada por la afición brasileña, e, incluso, con abucheos al himno nacional y la excesiva presión. El guión parecía estar escrito como para que Brasil se alzara con la copa. Pero no lo será.


                                           "Escape to Victory" (1981) de John Huston




 Llegó la primera semifinal, y, claro, visto lo visto, uno iba con Alemania, y eso que la Merkel no es santo de mi devoción. Y empecé a flipar. En seis minutos, cuatro goles de los alemanes, y en dieciocho minutos ya eran cinco los goles.
 Una primera media hora de locura. Dos de sus astros no estaban y el portero, como si tampoco estuviera. Cada minuto era más alemán, la cosa llegó a siete goles, que es una cantidad bonita y cinematográfica, incluído el gol del honor, que, creo,  los alemanes se lo dejaron marcar por aquello de la honrilla.



                                                "Escape to Victory" (1981) de John Huston




 Y en ese país en donde el fútbol es una religión, les apearon de su pedestal que era más bien frágil. Los rostros de la afición brasileña entre el desencanto, el llanto, la decepción y la rabia. Algo humillante. Quizás excesivo, pero eso es el fútbol. Y como me solía decir mi padre: los goles en la red. Y los alemanes hicieron una verdadera sinfonía maestra con músicas de los grandes maestros alemanes desde el barroco al clasicismo: Beethoven, Mozart, Bach, Brahms, Haydn, Schubert, Händel, Wagner, hasta Strauss y Mahler, y en donde la siempre vibrante samba o la música brasileña de Nascimento, Veloso, Brown, Gilberto, Mendes, Roberto Carlos o María Creuza ni se la vio, ni se bailó, ni se la escuchó.


 Y es que pensándolo bien, uno, cinéfilo empedernido, recuerda pelis de Babenco,
Barreto,
Ruy Guerra
o Glauber Rocha,
grandes cineastas brasileños, pero donde estén Ophüls,
Sternberg,
Lang,
Lubitsch,
Fassbinder,
Schlöndorff,
Wenders,
Herzog,
Von Trotta,
pues como para quitarse el sombrero. Por eso, y muchas cosas más, esa noche fui alemán.

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